Ese taxímetro de miércoles...


Hace años no escucho con mucha frecuencia el temita de los taxistas careros. Pero esto podría cambiar pronto. Como siempre, algún politiquero tiene alguna llavería que complacer y con un inventario de taxímetros por vender bien adulto. Como por la vía del nefasto sistema del "Muñeco" (el valor de la carrera sube cada vez que el chofer marrullero pisa el volante) los únicos que se benefician aparte del vendedor de taxímetros son los taxistas que están dispuestos a marranearse al público, no veo forma de que se impida un nuevo capítulo de esta pantomima de falacias entre las que se encuentran:

El usuario paga lo justo: con arroyos, trancones, desvíos innecesarios y el "Muñeco", esto jamás será verdad.

Es cultura ciudadana: lo siento, pero filosóficamente es mucha más cultura un acuerdo de voluntades entre taxista y cliente en el que no interviene ni el estado ni la autoridad a través de la coerción que ejercen haciendo obligatorio el uso de un taxímetro.

Se necesita respeto por las normas: el taxímetro no tiene nada que ver con las señales y las normas de tránsito. Se supone que es una forma imparcial de fijar el valor de las carreras, pero en ningún lugar de este país se puede estar seguro de ello. Insisto, hay más respeto y más cultura sin taxímetro.

Hace casi un año estuve criticando la medida que intentaban poner en Neiva, sabiendo que no faltaría mucho tiempo para que aquí quisieran hacer la misma vaina. Dicho y hecho, porque el todopoderoso Código Nacional de Tránsito, esa colcha de retazos especialmente diseñada para fregar a todo el que no quiera viajar en bus o a pié (y pueda pagarlo), así lo exige.

En un país de leyes absurdas por supuesto que es más fácil dañar... digo, arreglar lo que NO necesita arreglo.

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