Entradas

Mostrando las entradas etiquetadas como decadencia de la salsa

Diatriba contra la Payola

Imagen
Para poder viajar a Japón, Homero Simpson asistió con su familia a uns seminario en el que el expositor, les enseñaba a “exprimir cada centavo.” El eslogan del seminario era: “Viva como un potentado con el sueldo de un locutor de radio.” Los Simpson viajaron a Japón y los locutores siguen viviendo de sus sueldos… ¡juájuájuá! A estas horas del partido, raro es quien no sepa de la existencia de la payola (quizá quienes se ponen a llamar a las emisoras para concursar, “impulsar” a sus artistas favoritos y sus canciones, o simplemente para hacer el ridículo). ¿Alguna vez se ha puesto a pensar por qué canciones tan puercas tienen tanta difusión en la radio mientras propuestas serias de artistas nuevos y también de los “establecidos” reciben una ducha de indiferencia mientras sus CDs acumulan polvo tanto en la emisora como el las discotiendas? Payola. Disqueras, directores de emisoras y programadores – locutores se pasan la pelotica de la responsabilidad en uno de los sistemas más injustos q...

Se acabó la Salsa? Lo que es de Juan...

Imagen
¿Sólo veremos esto en Youtube? Primero que todo, gracias al blog recomendado Barranquilla 20.05 por llamar la atención sobre este tema. El Sr. Umberto Valverde el 17 de Marzo de este año escribió en su blog Rumba Rumbero de El País de Cali sobre el inminente fin de la salsa como fenómeno de masas. Poca afluencia de público a los eventos programados que no fueran gratuitos, menor rotación de la música en una ciudad pendiente de los estrenos de los artistas y no sólo de los mismos 400 clásicos de los 60's y los 80's y la lapidaria declaración de Sergio George de que la salsa estaba acabada en Miami, Nueva York y San Juan, no auguraban nada bueno. En realidad, no auguraban nada. Yo digo que esperemos un poco. A mitad de los 90's nadie hubiera creído en Barranquilla que el merengue (fortísimo competidor de la salsa) saldría de la rotación constante y lo hizo (para bien o para mal). Y eso, en aquella época ya no eran orquestas sino que cuatro pelagatos que decían cantar solían...