El Ascensor: reducto del elitismo.

Demasiado cerca de la humanidad... Por obligación, a quienes viven o trabajan en edificios con ascensor, les toca hacinarse con regularidad en un cubículo que les ahorra el trabajo de subir o bajar escaleras. La proximidad de unos con otros produce una incomodidad que hace que la percepción del tiempo de permanencia en estas cajas se haga mayor de lo que realmente es, por lo que los usuarios instintivamente buscan evadir de alguna manera dicha incomodidad. Dicho esto, para mí no deja de ser desagradable la popular costumbre de atender llamadas en el ascensor, como si no pudieran terminarla o empezarla fuera de él. El tiempo de presumir de que se tenía celular (que fue lo que originó esta modita bellaca), pasó ya hace mucho tiempo: todos tenemos celular y no tenemos porqué ostentarlo. Ah, pero es que no todos tenemos Blackberry. Entonces los que no se tiran el corto espacio de tiempo del ascensor en una vana conversación, tienen que ponerse al día con sus redes sociales mientras suben o...