Los Bobales, tradición(?) barranquillera???
El gran Alvaro Cepeda Samudio definía a ciertos dirigentes cívicos barranquilleros como "bobales", o bobos grandes y asociados. Era un superlativo local del muy castizo "bobo", que cayó en desuso, tuvo un breve resurgimiento a finales de los 80's y quedó nuevamente como pieza de museo, desplazado por otros términos impublicables en este blog (i.e, güeva, güevón, pendejo).
A muchos bobales los atropelló el feo cambio de costumbres políticas que trajeron sobre todo los años 70's en la ciudad, sobre todo porque estaban en el poder y no esperaban menos que eso y no sabían ir a favor de la corriente del clientelismo frentenacionalista y el natural relevo generacional. Todavía recuerdo al último alcalde bobal (o cívico) que fue nombrado en esta ciudad. Después de una pomposa y rimbombante posesión (en la que invocó el espíritu cívico en la basuresca Barranquilla de los 80's), los bríos del nuevo e impoluto burgomaestre se estrellaron contra la muralla inexpugnable que era el concejo. Fin de la historia de "El Ultimo Bobal" en el poder.
No me malinterpreten, porque las intenciones de los bobales podían ser loables; pero como Ustedes saben, sin astucia y audacia (y sentido común), el camino al Transmetro... digo al infierno está pavimentado (?) de buenas intenciones (y planes de desarrollo y urbanizaciones sobre terrenos inestables).
No crean acaso que el espíritu bobal se ha extinguido, pues donde vean una sarta de lugares comunes sobre cómo se debería administrar esta ciudad en forma de ríos de tinta y torrentes de píxeles, más ejecutorias despalomadas y descriteriadas (vg. los monorrieles transmétricos, el cierre de la Carrera 46 entre Calles 72 y 74, las restricciones para cierto tipo de vehículos y para otros no, campañas institucionales ridículas), allí encontrarán un bobal.
El siglo XXI... es la era del ciberbobal?
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