Patinaje Sobre el Hielo en Barranquilla: El Deleite de las Cosas Sencillas

Por el barranquillero promedio

Ayer 19 de Agosto se presentó en Barranquilla el Circo de Moscú sobre Hielo en el Teatro José Consuegra Higgins, que se lleva la primera ronda de felicitaciones al hacer un esfuerzo adicional en su infrestructura para que se pudiera crear una pequeña pista de hielo sobre la que hubo un gran espectáculo.



El público barranquillero acudió masivamente, reflejando tanto lo bueno como lo malo de su idiosincracia: entrando a destiempo, bien comenzado el espectáculo, tomando fotos a pesar de la prohibición expresa, perto gentilmente apoyando a los patinadores cuando algunas de sus rutinas tropezaban con algún inconveniente (menciono esto porque es digno de encomio).



El patinaje sobre el hielo, tanto artístico como competitivo son una tradición muy rusa, que se remonta nada más y nada menos que a la época del zar Pedro El Grande (s. XVII). Así que cuando nos traen sus espectáculos de patinaje, nos traen en realidad algo muy especial, algo muy de su idiosincracia. Gracias por venir.

Viendo los diferentes números durante las dos horas, patinaje y humor apoyados sólo sobre música y muy pocas palabras en español de uno de los payasos, es cuando nos damos cuenta cómo las "espectáculos" contemporáneos se basan en exceso sobre la vulgaridad y la ramplonería. Los patinadores del Circo de Moscú transmiten emoción y belleza sobre la pequeña pista llevando a la audiencia en algunos casos al borde de las lágrimas (como pude atestiguar y sin echar carreta).



A pesar del fenómeno de la globalización que nos trae el Circo de Moscú sobre Hielo, aquí seguimos siendo provincianos sin duda, porque para bien o para mal, no estamos familiarizados con este tipo de espectáculos, tanto que apenas fue ayer que vine a entender un poquito que podía existir algo llamado Síndrome de Stendhal, algo que puede ser ocasionado por las bellas artes y no precisamente por el reguetón.





Les mencioné que fue una sola presentación?