Bolillo y Federación: ¿Para qué honor cuando se tiene dinero y poder?

Luis Bedoya hizo esta mañana su ronda por los radionoticieros de la mañana, en su esperado tono compungido y preocupado. Resumiendo, la conducta del “Bolillo” Gómez era “censurable”, pero:

1. Había que tratar de comprender no sólo a un “subordinado” sino a un “amigo” que estaba arrepentido de lo que había hecho y que estaba pasando “un mal momento” por ello.
2. El Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Fútbol era la instancia en la que se “tomarían medidas” y que éste se reuniría en “los próximos días.”

Resumiendo: “Bolillo” Gómez no va renunciar, la Federación tampoco lo va a destituir, y están comprando tiempo, esperando a que la indignación ceda un poco, para darle un entierro de tercera al caso. Dentro de unos meses, en plenas eliminatorias al Mundial de Brasil 2014, el “pintoresco” episodio será uno más en la hoja de vida del “frentero” y “francote” director técnico.

¿Qué no es posible? Bueno, estamos hablando de la Federación Colombiana de Fútbol. De los dirigentes que ofrecieron renunciar si la selección no clasificaba a Sudáfrica 2010. De quienes urdieron una jugarreta en contra de Coca – Cola para terminar entregándole el patrocinio del fútbol profesional a Postobón. En fin, de gente que no está acostumbrada ni quiere rendirle cuentas a la opinión pública.

Desde el punto de vista de la Federación, si actuaran en forma expedita y consecuente ante el escándalo que el ya polémico Hernán Darío Gómez desató ayer, estarían cediendo irrevocablemente ante la opinión pública, sentando un precedente que les impediría actuar con la desfachatez y el descaro al que están acostumbrados. ¿Para qué honor y credibilidad cuando tienen dinero y poder?

Don Paul Maršić y mucha gente piensan erradamente que se trata de una conducta típica de la idiosincrasia colombiana, y no es así. Es decir, tienen razón, pero parcialmente. La verdad es que la misma naturaleza desvergonzada permea a las organizaciones supranacionales FIFA, COI, y un largo etcétera. Se han blindado contra las acciones de los gobiernos al punto que terminan por no rendirle cuentas a nadie, no obstante los flagrantes casos de corrupción que afloran en estas entidades.

“Bolillo” será un patán, pero en este caso su deseo de permanecer a toda costa en la dirección técnica de la Selección Colombiana de Fútbol, no sólo obedece a motivos de orgullo personal (su vida personal y profesional quedarían irremediablemente arruinadas) y pecuniarios (su sueldazo de los próximos 3 años también está en juego). Lamentablemente los cálculos e intrigas de los dirigentes deportivos juegan a su favor.



Ser caradura es sólo cuestión de costumbre para ellos.



UPDATE: Bolillo renunció, por fuertes presiones de Bavaria (SABMiller).
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