La decadencia de los periodicos es a diario

La nueva cara de la pornomiseria
He estado en un slump del que llevo un rato largo intentando salir. Mi blog fue el que menos se movió el mes pasado de todos los que conforman la confederación the sipmac ensemble. Mis compañeros bloggers no me han hecho ninguna pregunta hasta ahora, porque se deben imaginar las respuestas (y cualquiera que me haya estado leyendo con regularidad): mi blog, de aire y naturaleza optimista y animada, se ha tornado sombrío por cuenta de unos pocos temas.
* la mala campaña de Junior en la Liga Postobón II
* el manejo irregular de algunas obras en la ciudad
* el invierno y sus estragos (hasta mi computador se convirtió en damnificado)
* el alcalde y la cachaza que se gasta al hacerse el loco con lo de Campo Alegre, pretendiendo que el distrito sea quien pague.

Pues sí, eso fue hasta ahora, porque hojeando la revista SoHo me encontré con un auténtico lamento guajiro; el de José Alejandro Castaño, que se lamentaba de haberse rebajado a crear y dirigir un periódico popular, como ahora se le llama eufemísticamente a los periódicos amarillistas. Por un lado, fue tremenda labor, porque logró junto con sus colaboradores sacar a patadas y por la puerta de atrás a El Espacio. Por otro lado, sacó nuestros peores instintos al volver una cosa natural el morbo y la ramplonería. Los titulares se volvieron creativos o facilistas hasta el infinito, Ustedes deciden:
"Profesor de música tocaba a sus alumnos", de un docente pederasta. "Hizo una U prohibida y lo dejaron vuelto M", de un ganadero ebrio. "La Policía los graduó", de unos ladrones conocidos como Los Bachilleres. "Se hizo mezcla", de un obrero que se cayó de un edificio en construcción. "Coronaron a Reyes", de la operación que le dio muerte al capo de las Farc. "Les dieron sopa y seco", de dos comerciantes asesinados en un restaurante mientras almorzaban. "Y también se le paró el mango", de un hombre infartado por sobredosis de Viagra. "Pum, pum, ¿quién es?", de un narcotraficante abaleado en la puerta de su casa. Los alias de los sicarios, los capos, los guerrilleros, los paramilitares, los políticos corruptos, los usábamos en titulares a dos colores. "Enfriaron al Caliente". "Silbaron al Pito". "Limpiaron al Mugre". "Molieron al Huesos". "Le sacaron punta al Lápiz". "Despeinaron al Calvo". "Amasaron al Moco".
Mi favorito es el de "Arreglaba una JinCheng y los sicarios le dieron Chaolín", un clásico instantáneo digno de ser enseñado en las facultades de comunicación social... Un momento, ése es el meollo de todo. Debe ser fregado que tus padres se rompan el lomo para pagarte diez semestres de una carrera donde ya la competencia es feroz, y tener que entrar a un negocio moribundo. Sí señor, una cosa es trabajar en un noticiero de radio o televisión, y otra trabajar en ésta época en un periódico. El mismo José Alejandro Castaño nos dice que la circulación promedio se redujo en un 70% en apenas diez años; así que los "periódicos populares" apenas son un síntoma de lo que ya se les fue pierna arriba a los propietarios de medios impresos. Y todavía Internet no es un negocio, ya que muchas personas (ejem), están dispuesta a hacer gratis el periodismo de análisis por el que otros cobran (o intentan cobrar).
Periodismo Color de Rosa en Internet
Si hay un futuro, éste al parecer no está del lado de las publicaciones escritas. Aunque de forma lenta pero segura, muchas publicaciones están cobrando ya el acceso a sus versiones en Internet. Con ésta evidencia, el viejito senil de Rupert Murdoch ya no parece tan senil. Pero tranquilos, que siempre quedamos nosotros, para registrar como nuestros colegas cantan el blues del periódico.

Y que conste, que cuando era apenas un pelao quise estudiar para ser periodista. Ahora tengo un blog.

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