Elecciones de mitaca en USA: Carta abierta a Arlene B. Tickner
Usted posee varias bazas bien grandes ante the sipmac ensemble: es profesora titular de la Universidad de los Andes, Ph.D. en Relaciones Internacionales de la Universidad de Miami y M.A. en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Georgetown; además es estadounidense. Por otro lado, Dr. sipmac es un bloguero; sin embargo se anima a controvertirle (quizá insensatamente) algunas cosas sobre su columna “¿Perder es ganar?” publicada el 26 de Octubre de 2010 en El Espectador.
El TEA Party no es una facción radical
Si se comportaran como una nueva “John Birch Society”, aceptaría el punto, pero la plataforma política de Taxed Enough Already, es precisamente, no más impuestos, no más despilfarro, responsabilidad fiscal, ponerle coto a la burocracia, hacer a los funcionarios públicos realmente más responsables ante los electores y no ante una camarilla de lobbystas y colegas; es decir, a menos que las cosas hayan cambiado tanto que cosas tan simples se hayan terminado por considerar radicales.
Andrew Breitbart, el director de nuevos medios de orientación conservadora, ofreció US$ 100.000 por evidencia que probara racismo en el TEA Party. Nadie fue a cobrarle. Un cartel favorito de las reuniones del TEA Party decía: “No importa lo que diga esta pancarta, de todos modos será considerada racista.”
Más radical en su concepto me parece “Organizing for America”, de la que parece que quisieran hacer un grupo de presión popular, organizado desde el mismo gobierno.
No hay colaboración de los Republicanos con el gobierno
La colaboración terminó el día en que Obama se reunió con los Republicanos y les dijo “Yo gané”, ante las glosas que le habían hecho (algo sorprendente para un presidente pospartisano y no sectario). Uno de los más peregrinos argumentos para lamentarse del actual estado de cosas es el de la falta de colaboración de los Republicanos a.k.a. el “partido del no”. Los demócratas hasta enero controlan las dos cámaras del congreso con amplias mayorías, suficientes para pasar cualquier legislación que deseen. Pelosi y Reid usaron todo el músculo y recursos disponibles para pasar la reforma a la salud (de cualquier forma posible, la elección de Scott Brown fue algo fútil), no por el obstruccionismo republicano sino por las dudas y reparos que albergaban muchos de sus copartidarios sobre la pertinencia y viabilidad del proyecto. Ahora, los “blue dogs” son desechados por su propia maquinaria partidista después de haber servido para los fines dispuestos.
El debate es injusto, comparan a Obama con Lenin y Hitler como líderes extremos y totalitarios.
Parece que comparar a Bush con Hitler durante ocho años es justo, pero no se le puede hacer lo mismo a Obama. Veamos: la reforma del sistema de salud podría terminar dándole al estado el control total de una sexta parte de la economía de Estados Unidos. General Motors y Chrysler fueron virtualmente nacionalizadas, en vez de permitir su reestructuración sometiéndose al Capítulo 11 de la Ley de Quiebras. Chávez, que en esto sí sabe de lo que habla, no desaprovechó la ocasión para comentar que Obama estaba aun más a la izquierda que él.
Por otro lado, los Demócratas no deberían permitir que buena parte de su historia se pudieran explicar sólo con las palabras “George Soros”, quien innegablemente a través de sus contribuciones y organizaciones sostenidas por él, mantienen una fuerte influencia sobre las decisiones del partido. Así como a los Republicanos se les ha reprochado toda la vida su entrega al poder corporativo, no veo por qué a los Demócratas no se les pueda reprochar lo mismo.
Obama tampoco ha sabido vender con éxito sus logros.
Esto es desconcertante para alguien con las dotes oratorias que se supone que tiene y que ha pronunciado tantos discursos, que ha sostenido tantos encuentros con el electorado en los “Townhalls”, y ha hecho tantas apariciones en televisión, incluidos Lettermann, The View y The Daily Show (rebajando la dignidad del cargo en forma no muy diferente a como lo hizo Uribe al aparecer en Gran Hermano).
Quisiera ser corregido en caso de equivocarme, pero antes de posesionarse como Presidente, al menos el 40% de los contribuyentes no paga impuesto sobre la renta, así que queda muy difícil de presentar la figura de los “recortes” de impuestos sobre el 95% de la población. Todo el mundo sabe que los llamados “Recortes de Bush” todavía siguen en la mira del gobierno, y que la creación de un impuesto federal sobre las ventas (¡para financiar la reforma de salud!) no le es indiferente tampoco. Así, las cifras de desempleo de más del 9% adquieren más sentido. ¿Quién quiere crear negocios y generar empleo en un ambiente de incertidumbre tan tóxico y lleno de regulaciones?
La prensa empieza a sacudirse del trance hipnótico en que quedó sumida por la elección del primer afroamericano a la presidencia, descalificado por más de uno de su propia etnia por “no tener sangre de esclavo.” Hablando de racismo… en fin, la prensa denominada “mainstream” también tiene sus pecadillos que reconocer en el cubrimiento de la actualidad estadounidense. Puede gritar a los cuatro vientos su objetividad, pero cuando aparece un escándalo como Journolist, sería mejor que reconocieran de una buena vez por todas su filiación partidista, y de esa forma sabríamos a qué atenernos.
Ante un Congreso republicano el Presidente tendrá a quién echarle la culpa
De acuerdo completamente; lo más paradójico de todo es que buena parte del “establishment” republicano, desoyendo el clamor de su electorado, está más que dispuesto a tenderle un salvavidas a la presidencia de Obama, lo que podría ayudarle finalmente en su reelección, quedándose el GOP con el pecado y sin el género.
Muy cordialmente,
Dr. sipmac.
P.S. También me parece inadmisible la descalificación hecha por Francisco santos en RCN a Usted y a Laura Gil, y permítame por favor extenderle mi solidaridad.
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