Gardeazabal, Coronell y Abad Faciolince: Trifecta de egos

"Nunca había tenido tanto poder"
No lo tomen a mal, cada cual de los tres tiene sus logros y sus merecimientos. Pero hay que ver lo que es meterse con Daniel Coronell y con Héctor Abad, eso ya lo sabe Gustavo Álvarez Gardeazábal, mejor conocido como Gardeazábal. Daniel Coronell, quien ha peleado rounds durísimos con Álvaro Uribe Vélez, jamás lo había leído tan punzante y tan personal como en "El patriarca del ocaso", una columna en la que se deja entrever una sacada de clavo:
Casualmente, unos meses después, el autor de la escultura apareció ante la Fiscalía diciendo que alguien lo había amenazado de muerte para que declarara que su obra era realmente como Gardeazábal la había descrito en el proceso. Tres testigos, citados por el acusado, ya estaban muertos.

En el libro El hijo del ajedrecista, Fernando Rodríguez Mondragón asegura que Gardeazábal oficiaba de escribano del cartel de Cali y recibía plata de su padre, Gilberto, y de su tío Miguel.
"Gardeazábal era escribano del Cartel de Cali"
Después de esto la pared. Nadie insinúa desde un lugar tan público como una columna de la revista Semana que yo sea un asesino y se queda tan tranquilo.

A Héctor Abad, aparte de compartir el estatus de víctima de la violencia que sacude a nuestro país, no le veo mayor afinidad con doña Íngrid Betancourt, vieja conocida de este blog. Y es que de forma inexplicable, don Héctor le hizo a Íngrid una entrevista muy benévola, meditada para mitigar el daño que causaron sus propias decisiones erróneas.
Hubo muchas cosas horribles de parte de la prensa. Una vez yo estaba encadenada del cuello, amarrada a un árbol en la selva, y en ese mismo momento alcancé a oír por el programa de radio La Luciérnaga que Álvarez Gardeazábal decía, especulando, inventando, que yo probablemente era la amante del comandante de las Farc Alfonso Cano. Yo a Cano no lo conozco, nunca lo he visto en mi vida. Yo estaba recibiendo el peor tratamiento imaginable, me moría de angustia, dolor y soledad, mientras ellos decían que yo estaba de amante de Cano, como si estuviera pasando vacaciones o teniendo un affaire amoroso con un guerrillero de alto rango. [La voz se le quiebra]. Antes de que saliera lo de Clara el hijo era mío, era yo la que había tenido un hijo. No, no, no. Fue tan ofensivo. Tanta maldad. La sociedad colombiana es despiadada, está enferma de ira.
"Mejor dedíquese a escribir literatura."
Oh, oh. De todos modos, la columna que Abad Faciolince del domingo 25 de Septiembre deja entrever la buena relación que quedó entre Betancourt y él, lo que allana perfectamente el camino para la sacada de clavo del 2 de Octubre:
A veces dice verdades, es cierto. Por ejemplo lee del Wall Street Journal la cotización del azúcar; y es exacta, con eso no charla un valluno. O cuenta idéntico, como si fuera suyo, un confidencial de Semana o de El Espectador, sin citar la fuente, como si él fuera el origen e insinuando que misteriosamente El Oráculo de Tuluá ha llegado a saber que...
Después de esto la pared. Nadie insinúa desde un lugar tan público como una columna del periódico El Espectador que yo sea un mentiroso y se queda tan tranquilo. Pero nada, el mismo lunes Gardeazábal recibió las pullas de los humoristas del elenco de La Luciérnaga de Caracol y no dijo gran cosa. Pero antes de eso:
[Respecto de Daniell Coronell y sus acusaciones] Son las calumnias que produce el delito del éxito. Le tienen más miedo a él por sus odios para mirar con éxito la política colombiana.

A lo largo de mi vida establecí muchas relaciones, dictando conferencias, cuando fui profesor universitario, cuando fui político, cuando fui mandatario. Y he tenido la habilidad de conservar esas amistades. A través de ellas he construido una red de información que muy pocas personas pueden tener en este país. Fuera de eso me leo todos los periódicos de toda Colombia desde las cinco de la mañana que empiezo a trabajar. Y trato de oír el mayor número de emisoras y de ver el mayor número de noticieros de televisión. Después empiezo a llamar a muchísimas personas a confirmar las noticias que voy a dar. Por eso no solo estoy bien informado sino que trato de datearme bien, para no equivocarme. ¿Qué diferencia hay entre estar bien informado y bien dateado? En este país el chisme abunda y la gente lo deforma y nadie pone cedazo. Todo el mundo cree que por haber recibido un chisme está bien informado. Hay que estar es bien dateado.

Yo soy un amable consejero de todo aquel que lo necesite.

Yo fui elegido muchas veces, y fui elegido con una cantidad abrumadora de votos. Y he sido alcalde, gobernador, concejal, diputado, muchas cosas, y nunca había tenido tanto poder, esto sí es poder.
¡Se me olvida! Uso la expresión de María Isabel Rueda para recordar que si los de El Tiempo van a guardar en Internet la información con la (falta de) presentación que están usando, mejor es que no hubieran rediagramado nada.

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