France: nous sommes le nouveau ancien régime
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| "De una forma u otra, pasaré a los libros de historia" |
Es increíble como gente que se dedica a informar, teniendo toda la información a la mano para ver el cuadro completo, se dedique sistemáticamente a tomar el proverbial rábano por las hojas. Sí, Dr. sipmac se refiere a aquellos con los cuales es mejor no meterse, los del diario El Tiempo. Analizando el editorial de ayer "Europa, descontenta", sip se encuentra con esta perla:
Los trabajadores, sin embargo, consideran injusto que caiga sobre sus derechos laborales el peso de una crisis que no causaron.
¿Una crisis que no causaron? Y la Bastilla se tomó solita, entonces. Dr. sipmac lo siente, pero eso no es así. Creer en semanas laborales de 35 horas, un mes entero de vacaciones, imposibilidad de despido después del primer año de trabajo, jubilaciones espléndidas sin ninguna sostenibilidad en el largo plazo... en fin, creer en todo lo que representa el estado de bienestar y votar de tal forma para asegurarse bien de que todo se mantuviera convenientemente en su lugar es lo que ha desencadenado la actual crisis en Francia.
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| N'apprennent pas. Pas envie d'apprendre. Vive la République 6.0! |
La lógica es la siguiente: Sarkozy aumenta la edad de jubilación en dos años, a los 62, para ser exactos. ¿Que la esperanza de vida de los franceses es de 81,5 años? ¿Casi veinte años de usufructo de pensión? Camarada, si no salimos a las barricadas, si no nos ponemos firmes ahora y llegamos a ceder, ¿quién sabe con qué saldrá después el insecto ése para perjudicar nuestros derechos y nuestras justas conquistas?
Según ellos, es indispensable aumentar los recaudos de la seguridad social y recortar la nómina oficial para reducir el déficit, que asciende en Francia a unos 40.000 millones de dólares. Christine Lagarde, ministra de Economía, dice que hay 15 millones de jubilados y cada año se suman 700.000 más. Uno de cada 10 no se paga con los fondos del sistema de seguridad sino con endeudamiento oficial. De no modificarse semejante sangría, en pocos años la quiebra será inevitable. La jubilación a los 62 pretende disminuir el número de jubilados y conseguir que produzcan durante dos años más.
Entonces son 15 millones de jubilados en una población de 65,5 millones, un 23% de la población. Añádale entonces los 5.7 millones de empleados públicos que un modesto cálculo de una publicación japonesa de izquierda le atribuye a Francia. El resultado son unos 20.7 millones de personas que viven de los 22,3 millones que representan la población económicamente activa... un momento. También hay que restar los 2,5 millones de desempleados, y quedamos en que 19,8 millones de personas sostienen a sus familias y también al 36% de la población representada en jubilados, empleados públicos y desempleados. ¿Realmente lo consiguen? No, recuerden que el editorial de El Tiempo menciona que 1.5 millones de jubilados no se pagan con fondos del sistema, sino con endeudamiento. Y que el déficit del estado francés está en 40.000 millones de dólares. Libertad, igualdad y fraternidad... sin pizca de equidad. Tal como lo destacara acertadamente en su momento Trevanian, el concepto de juego limpio no existe en la cultura francesa, tenían que importar del inglés incluso la expresión que lo definía.
Sólo así las medidas que intenta adoptar Sarkozy adquieren pleno sentido. Si los franceses decidieran dejar de confiar ciegamente en el estado como panacea, les sería mucho más fácil evitar un destino igual o peor que el de Grecia. Ese cuento de seguir la tradición de mayo del 68, y de esperar a que "paguen los ricos", simplemente ahuyentará cualquier posibilidad de reactivación económica real (para no mencionar viabilidad) en Francia. Para los que sueñan con la "República 6.0" en forma de un gobierno socialista/comunista, les dejo un chiste que solía circular en la antigua Alemania Democrática: si los comunistas administraran el desierto, de alguna manera lograrían que escaseara la arena.
Creo en la necesidad de una seguridad social y la necesaria administración de un estado, pero en Francia siguen exigiendo lo imposible. Y eso no es realista.
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