La falacia de los pocos contribuyentes y de los patrones de medición injustos
Juan Carlos Echeverry, el ministro de hacienda, hizo algo de oleaje en estos días quejándose de que al estado colombiano lo sostenían "muy pocos contribuyentes", y que debía "ampliarse la base". La verdad es que como diría nuestro Rito Dávila, el "ministro gomelo" (tal como lo parodian inmisericordemente el "La Luciérnaga") manda cáscara. O es un deshonesto o no es tan brillante como él cree.
Para empezar, la base tributaria de este país es de unos 44 millones de personas. Sí, así como suena. Si hay un impuesto que pagan TODOS los colombianos, sin discriminación de ninguna clase, ése es el IVA (impuesto al valor agregado, impuesto a las ventas o VAT); uno de los impuestos más regresivos que puede haber en cualquier administración de impuestos del mundo. A ver si me explico: dos personas compran el mismo artículo en un supermercado, pagan el mismo porcentaje de IVA y la misma cantidad en pesos, pero esa misma plata representa porcentajes diferentes de sus respectivos ingresos, lo que hace más costosa la compra del artículo para el que gana menos dinero. Ahora sí me explico?
De donde va ampliar entonces la base? Se referirá a la del impuesto de renta? En primer lugar, el estado colombiano, representado por el aventajado ministro de marras, nos debe una bien grande: debe aprender a ser más efectivo con lo que gasta. Lo que no despilfarra, se lo deja robar. Cada vez que una infeliz reforma tributaria más asoma sus narices por el congreso, es para aumentar las tasas de los diferentes impuestos, nunca para acabar con las exenciones con nombre propio que reparten los legisladores a sus agradecidos patrocinadores como si fueran dulces y mucho menos para - gasp - bajar las tarifas. Subir las tarifas despues de cierto nivel es contraproducente; nunca aumentará los recaudos sino la evasión.
El gobierno del "buen gobierno" debe aprender a practicar todo lo que predicó durante años.
Más que un demagogo, es un demabobo. Angelino Garzón, en vez de dedicarse a plañir como lloraduelos por lo "injustos y defasados de la realidad" patrones de medición de la pobreza en Colombia, debería aplicarse efectivamente a conseguir que se desarrollen efectivamente programas de gobierno que realmente dismnuyan la pobreza. Gracias a esta incapacidad de distinguir entre una cosa y la otra (O es un deshonesto o no es tan brillante como él cree), produjo un innecesario y mutuamente debilitante enfrentamiento público con el presidente y un desperdicio de ríos de tinta, tiempo al aire y píxeles.
El politicastro aunque de estadista se vista, politicastro se queda.
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