Te estas poniendo viejito, no lo puedes negar, porque...
Mañana, un irresponsable de esos que creen en que hay que esforzarse mucho y ser honrado en la vida para llegar lejos, y que yo conozco, cumple 20 años de trabajar (se inició a los 17 como aprendiz, el muy infeliz). Sr. Veinteañero, analice esto para ver si se está poniendo viejo o no (¡haga balance!):
(Adaptado de la internet)
La gente que entró a las universidades el año pasado nació en 1989. Si viven en Suramérica, para ellos ha existido siempre la democracia. Tenían 6 años cuando la Unión Soviética se desintegró. No se acuerdan de la Guerra Fría, no saben que es vivir pensando en la inminencia de un intercambio nuclear, tampoco lo que es la cortina de hierro y sólo conocen una Alemania, aunque en el colegio les hayan contado que una vez hubo dos.
Son demasiado jóvenes para acordarse de la explosión del transbordador espacial “Challenger“. Nunca jugaron al Pac Man. Star Wars las conocieron por los episodios I, II y III, y los efectos especiales de las series viejas les parecen patéticos. Muchos de ellos no saben, no recuerdan, o no pueden concebir que los televisores sólo tenían uno o dos canales; más aún, incluso algunos no han visto nunca un televisor en blanco y negro, no pueden explicarse y ni siquiera se imaginan lo que es ver la tele sin un control remoto.
Nacieron siete años después que Sony puso a la venta el Walkman (El original de cero Kilobytes de capacidad). Para ellos los patines siempre han tenido las ruedas en línea y ni hablemos de la normalidad con la que ven un teléfono móvil o un ordenador personal (Ni lo difícil que era conseguir un teléfono público, el encarte que era tener que prestar el teléfono a la vecina, el acontecimiento que representaba una llamada de larga distancia, que el telegrama fuera lo más parecido a un e-mail y lo que costaba, basado en la fascinante tecnología del télex, un cruce de máquina de escribir con teléfono).
Nunca podrían escribir una cuartilla en una máquina de escribir sin equivocarse una sola vez, así como nosotros sólo sabemos acerca de la regla de cálculo, de la revista Bilikén, de la aritmética de Bruño, de las libretas con logaritmos del 1 al 10.000, del tiralíneas y de la tinta china por referencias.
Puede que nunca hayan visto Plaza Sésamo, Viaje a las Estrellas, Tierra de Gigantes, Cosmos 1999, Perdidos en el espacio, El Túnel del Tiempo, Viaje al Fondo del Mar, El Llanero Solitario, Heidi, la fábula comunistoide de Los Pitufos, El Auto Fantástico, etc., y tampoco haber sido alguna vez fans del Topo Gigio o de Petete.
Nunca se meten al mar a nadar pensando en “Tiburón”. Quizá no sepan que Michael Jackson no siempre había sido blanco. Y como van a creer que Travolta pudo bailar con esa panza que se manda ahora. Nunca oyeron siguientes expresiones: “El avión, jefe, el avión”, o “Abuelito dime tu”. No recuerdan quien era “Kalimán”, “Tamakún”, “Memín Pingüín”, “Águila Solitaria” o cómo se veía de buena “Lynda Carter”. No saben quien es “Tom Sawyer”, “La abeja Maya”, “Candy Candy”, “José Miel”, “Mazinger Z”, “Kid Monstruo” ni ”La pequeña Lulú” o “Tobi” (ni la Editorial Novaro ni la Editora Cinco). Cuando se les habla de “Chips” pensarán en las papitas para acompañar el perro caliente.
Recuerda que toda ésta gente entró a la Universidad el año pasado, ellos son los jóvenes ahora.
BONUS TRACK:
Síntomas de que nos estamos haciendo viejos:
• Cuando entiendes el texto anterior y sonríes.
• Cuando, siendo hombre, por fin eres capaz de decirle que NO a una mujer sin remordimientos.
• Cuando, siendo mujer, por fin eres capaz de decirle que SI a un hombre sin remordimientos.
• Cuando haces deporte y, orgulloso, le cuentas a todo el mundo que lo haces.
• Cuando hay remedios o medicamentos en la mesa de noche.
• Cuando la virginidad hace tiempo que ya no es tema de conversación.
• Cuando los niños con quienes, hasta hace poco, tenías cierta complicidad, ahora te dicen “señor”, te tratan de usted... o, peor aún, te dicen “tío”.
• Cuando necesitas mucho más tiempo que una mañana para recuperarte de una ronera.
• Cuando tú mismo cuelgas la toalla después de ducharte.
• Cuando te molesta que otro deje la pasta de dientes destapada.
• Cuando tus sobrinos saben más que tú de informática.
• Cuando vas a la playa y puedes pasar todo el día sin meterte al mar.
• Cuando ves los partidos y conciertos por la televisión, en vez de ir a verlos en vivo.
• Cuando, para hacer deporte, compras ropa que te tape en vez de mostrar.
• Cuando prefieres ver a un amigo que hablar con él hoooooooras por teléfono.
• Cuando ya sabes lo que quieres.
¡Mejor dedíquese a bloguear, como yo!
(Adaptado de la internet)
La gente que entró a las universidades el año pasado nació en 1989. Si viven en Suramérica, para ellos ha existido siempre la democracia. Tenían 6 años cuando la Unión Soviética se desintegró. No se acuerdan de la Guerra Fría, no saben que es vivir pensando en la inminencia de un intercambio nuclear, tampoco lo que es la cortina de hierro y sólo conocen una Alemania, aunque en el colegio les hayan contado que una vez hubo dos.
Son demasiado jóvenes para acordarse de la explosión del transbordador espacial “Challenger“. Nunca jugaron al Pac Man. Star Wars las conocieron por los episodios I, II y III, y los efectos especiales de las series viejas les parecen patéticos. Muchos de ellos no saben, no recuerdan, o no pueden concebir que los televisores sólo tenían uno o dos canales; más aún, incluso algunos no han visto nunca un televisor en blanco y negro, no pueden explicarse y ni siquiera se imaginan lo que es ver la tele sin un control remoto.
Nacieron siete años después que Sony puso a la venta el Walkman (El original de cero Kilobytes de capacidad). Para ellos los patines siempre han tenido las ruedas en línea y ni hablemos de la normalidad con la que ven un teléfono móvil o un ordenador personal (Ni lo difícil que era conseguir un teléfono público, el encarte que era tener que prestar el teléfono a la vecina, el acontecimiento que representaba una llamada de larga distancia, que el telegrama fuera lo más parecido a un e-mail y lo que costaba, basado en la fascinante tecnología del télex, un cruce de máquina de escribir con teléfono).
Nunca podrían escribir una cuartilla en una máquina de escribir sin equivocarse una sola vez, así como nosotros sólo sabemos acerca de la regla de cálculo, de la revista Bilikén, de la aritmética de Bruño, de las libretas con logaritmos del 1 al 10.000, del tiralíneas y de la tinta china por referencias.
Puede que nunca hayan visto Plaza Sésamo, Viaje a las Estrellas, Tierra de Gigantes, Cosmos 1999, Perdidos en el espacio, El Túnel del Tiempo, Viaje al Fondo del Mar, El Llanero Solitario, Heidi, la fábula comunistoide de Los Pitufos, El Auto Fantástico, etc., y tampoco haber sido alguna vez fans del Topo Gigio o de Petete.
Nunca se meten al mar a nadar pensando en “Tiburón”. Quizá no sepan que Michael Jackson no siempre había sido blanco. Y como van a creer que Travolta pudo bailar con esa panza que se manda ahora. Nunca oyeron siguientes expresiones: “El avión, jefe, el avión”, o “Abuelito dime tu”. No recuerdan quien era “Kalimán”, “Tamakún”, “Memín Pingüín”, “Águila Solitaria” o cómo se veía de buena “Lynda Carter”. No saben quien es “Tom Sawyer”, “La abeja Maya”, “Candy Candy”, “José Miel”, “Mazinger Z”, “Kid Monstruo” ni ”La pequeña Lulú” o “Tobi” (ni la Editorial Novaro ni la Editora Cinco). Cuando se les habla de “Chips” pensarán en las papitas para acompañar el perro caliente.
Recuerda que toda ésta gente entró a la Universidad el año pasado, ellos son los jóvenes ahora.
BONUS TRACK:
Síntomas de que nos estamos haciendo viejos:
• Cuando entiendes el texto anterior y sonríes.
• Cuando, siendo hombre, por fin eres capaz de decirle que NO a una mujer sin remordimientos.
• Cuando, siendo mujer, por fin eres capaz de decirle que SI a un hombre sin remordimientos.
• Cuando haces deporte y, orgulloso, le cuentas a todo el mundo que lo haces.
• Cuando hay remedios o medicamentos en la mesa de noche.
• Cuando la virginidad hace tiempo que ya no es tema de conversación.
• Cuando los niños con quienes, hasta hace poco, tenías cierta complicidad, ahora te dicen “señor”, te tratan de usted... o, peor aún, te dicen “tío”.
• Cuando necesitas mucho más tiempo que una mañana para recuperarte de una ronera.
• Cuando tú mismo cuelgas la toalla después de ducharte.
• Cuando te molesta que otro deje la pasta de dientes destapada.
• Cuando tus sobrinos saben más que tú de informática.
• Cuando vas a la playa y puedes pasar todo el día sin meterte al mar.
• Cuando ves los partidos y conciertos por la televisión, en vez de ir a verlos en vivo.
• Cuando, para hacer deporte, compras ropa que te tape en vez de mostrar.
• Cuando prefieres ver a un amigo que hablar con él hoooooooras por teléfono.
• Cuando ya sabes lo que quieres.
¡Mejor dedíquese a bloguear, como yo!
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