La Impostura de Fernando Vallejo - Gonzalo Gallo
Especial del Agente P para Tijera Press:
¿Cómo ha sido posible que la floja guasa de este eningmático presonaje siga siendo pasada por alto? Un día, bajo el ropaje de Gonzalo Gallo, ex sacerdote, organiza talleres y conferencias de autosuperación. Otro día, bajo la identidad de Fernando Vallejo, despotrica de su país natal y de la especie humana ante la atención lela de la inteligentsia. Y nadie sabe quien es en realidad.
¿Por qué nadie se ha puesto a comparar y analizar las fotos que tan fácilmente se deja tomar en cada aparición que hace? ¿Por qué de repente es un adalid de la espiritualidad y al rato se quiere volver el más feroz e iconoclasta anticlerical? ¿Por qué bajo una identidad disimula tan bien su identidad sexual y bajo la otra no le da empacho confesar su pederastia? ¿Por qué puede caminar entonces libremente por las calles?
Francamente, yo estoy harto de su pose de insultador profesional, profiriendo estolideces que al principio pueden causar algún shock o disgusto, pero que a fuerza de repetir y repetir, simplemente termina por aburrir. Tan aburridor como puede ser su pose de sanador posmodernista, donde profiere estolideces acerca de sentirse bien y autodescubrirse y vender más y aplicar el secreto a tus relaciones, pero que a fuerza de repetir y repetir, simplemente pone a dormir al que sea.
Para rematar dicen por ahí que es buen novelista, pero con esos numeritos de circo, tengo mis dudas, así que no pienso leerlo.
¿Por qué nadie se ha puesto a comparar y analizar las fotos que tan fácilmente se deja tomar en cada aparición que hace? ¿Por qué de repente es un adalid de la espiritualidad y al rato se quiere volver el más feroz e iconoclasta anticlerical? ¿Por qué bajo una identidad disimula tan bien su identidad sexual y bajo la otra no le da empacho confesar su pederastia? ¿Por qué puede caminar entonces libremente por las calles?
Francamente, yo estoy harto de su pose de insultador profesional, profiriendo estolideces que al principio pueden causar algún shock o disgusto, pero que a fuerza de repetir y repetir, simplemente termina por aburrir. Tan aburridor como puede ser su pose de sanador posmodernista, donde profiere estolideces acerca de sentirse bien y autodescubrirse y vender más y aplicar el secreto a tus relaciones, pero que a fuerza de repetir y repetir, simplemente pone a dormir al que sea.
Para rematar dicen por ahí que es buen novelista, pero con esos numeritos de circo, tengo mis dudas, así que no pienso leerlo.
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