Reforma a la Justicia: una fiebre de 33 años que no remite

Luego la Corte Suprema decidió ampliar inesperada (y quizá sin sustento legal real) el mandato de la flamante constituyente declarándola "omnímoda y soberana". Más de 100 años de jurisprudencia se van por el desague y llega el estado social de derecho, que 25 años después es una nueva colcha de retazos. Y la no extradición se convierte en un artículo de la Constitución ("La Constituyente es el camino". Sí, claro).
La última reforma a la justicia ("consensuada") de la era Santos tampoco se atreve a coger al toro por los cuernos.
Las llamadas altas cortes no pierden sus malas mañas (ni quieren hacerlo).
Los colombianos piden justicia eficaz, y lo que reciben a cambio son carruseles de pensiones (con palomitas) y una piñata de pasaportes diplomáticos a perpetuidad para los magistrados.

¿Si no es el tiempo de otra constituyente, entonces, de qué?
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