Atentado contra congresista democrata en USA
Hasta ahora, en 234 años de vida republicana en Estados Unidos, sólo ha sido asesinado un congresista en servicio activo. Esperemos que esto siga así, porque en el día de hoy Gabrielle Giffords, Representante a la Cámara por el estado de Arizona, de filiación Demócrata sufrió un atentado a manos de un hombre de 22 años identificado como Jared Loughner, el cual la mantiene postrada y con pronósitico reservado. El atentado ya ha cobrado 6 víctimas. Es de destacar que mientras el presidente de Estados Unidos Barack Obama ha ofrecido a los un comunicado breve y sobrio:
Esta mañana, en una tragedia horrenda, un número de estadounidenses fueron abaleados en Tucson, Arizona, en una reunión formal con la congresista Gabrielle Giffords. Y mientras seguimos recibiendo información, sabemos que algunos han fallecido ya, y que la Representante Giffords está gravemente herida.Extremistas de izquierda no han dudado un sólo instante en señalar irresponsablemente con el dedo a Sarah Palin y al TEA party como instigadores del atentado. Veamos la cuenta de Twitter de Jane Fonda:
Todavía no tenemos todas las respuestas. Lo que sí sabemos es que un acto tan absurdo y terrible de violencia no tiene cabida en una sociedad libre. Les pido a todos los estadounidenses a unirse a mí y a Michelle en mantener a la Representante Giffords, las víctimas de esta tragedia, y a sus familias en nuestras oraciones.
Es el colmo de la mala leche y de la mala fe que se sindique a alguien como responsable de un intento de magnicidio, debido a que para las siguientes elecciones legislativas, sus adversarios políticos habían determinado ya montarle una competencia más reñida, y que ahora se alegue que estó provocó el atentado. No es posible salir a hacer estos señalamientos apresurados sin tener ninguna certeza absoluta y evidencias de peso. En un momento como este, lo que hay es que rezar y expresar solidaridad para con las víctimas y sus familiares. Los señalamientos temerarios están fuera de lugar.
Leo Ryan fue abatido a tiros en 1979 en las selvas de Guyana por esbirros del Reverendo Jim Jones, quien quiso montar una utopía comunista en Jonestown, y que después de tratar impedir de la forma más sangrienta la deserción de 14 de sus "feligreses camaradas", desencadenó uno de los suicidios-asesinatos en masa más horrendos que hayan quedado en los anales de la historia: 913 hombres, mujeres y niños murieron en Jonestown a causa de la ingestión de un refresco envenenado con cianuro. Jim Jones, el extremista, se suicidó de un disparo en la cabeza. Encima de su "trono" de la selva había un cartel que rezaba: "Aquel que no conoce la historia, está condenado a repetirla."
Ya habrá tiempo para condenar a los responsables, una vez se determine exactamente cuál fue el móvil del crimen.
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