Berlusconi, ese pelmazo
Antes que nada, el Agente P no necesita tener sangre italiana (tampoco dImage via Wikipediaiscutiría si la tiene o no) para ponerse a rajar de Silvio Berlusconi, megamagnate que descubrió que la mejor forma de cuidar de sus negocios era meterse directamente en la política. Silvio, de paso, muchas gracias por hacer del conservatismo algo despreciable, por no hablar de la majestad de la institución que se denomina primera magistratura.
Como siempre, cuando se inició la exitosa operación "Manos Limpias", la cual no dejó títere con cabeza; desde los demócratas cristianos hasta los mismísimos comunistas encompinchados unos con otros, en un maridaje incomprensible desde el punto de vista ideológico, pero totalmente entendible desde el punto de vista del crimen organizado y la corrupción. Lamentablemente, el esfuerzo del pueblo y las instituciones italianas que dieron la batalla, fueron "premiados" con la irrupción de Berlusconi, un millonario de gustos y modales chabacanos, que tiene todo menos clase, dignidad y elegancia para conducirse.
Para la muestra, varios botones: en una reunión del G-8 previa al G-20, el premier saludaba a Image via WikipediaSu Majestad la Reina Isabel II de Inglaterra, cuando la deja como sandalia vieja para corretear a la sensación del momento: un recién estrenado Barack Obama. Una gaffe diplomática, entre muchas otras en la falta de tacto e interés es la constante. Si su gestión como gobernante fuera lo suficientemente efectiva, ésto podría ser disculpable; pero, la verdad (y lo peor) es que no se sabe dónde terminan los asuntos del empresario Berlusconi y dónde empiezan los asuntos oficiales.
Como siempre, cuando se inició la exitosa operación "Manos Limpias", la cual no dejó títere con cabeza; desde los demócratas cristianos hasta los mismísimos comunistas encompinchados unos con otros, en un maridaje incomprensible desde el punto de vista ideológico, pero totalmente entendible desde el punto de vista del crimen organizado y la corrupción. Lamentablemente, el esfuerzo del pueblo y las instituciones italianas que dieron la batalla, fueron "premiados" con la irrupción de Berlusconi, un millonario de gustos y modales chabacanos, que tiene todo menos clase, dignidad y elegancia para conducirse.
Para la muestra, varios botones: en una reunión del G-8 previa al G-20, el premier saludaba a Image via WikipediaSu Majestad la Reina Isabel II de Inglaterra, cuando la deja como sandalia vieja para corretear a la sensación del momento: un recién estrenado Barack Obama. Una gaffe diplomática, entre muchas otras en la falta de tacto e interés es la constante. Si su gestión como gobernante fuera lo suficientemente efectiva, ésto podría ser disculpable; pero, la verdad (y lo peor) es que no se sabe dónde terminan los asuntos del empresario Berlusconi y dónde empiezan los asuntos oficiales.
"Es mejor que me gusten las mujeres guapas que los gays"En su mente ilusa y vana, debe creer que sus súbditos deben aplaudir cada "hazaña" de atleta sexual. Tampoco entiende que esa pose de machazo homofóbico y de desprecio a la comunidad LGBT le hace quedar prácticamente como un pelmazo, un troglodita imbécil, con gustos no muy diferentes de un villano de película de James Bond.
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