Jerry Lee Lewis: no seré el más grande, pero sí el mejor

Con esto debería concluir el post de sip de hoy, pero olvídense, esto no es Twitter. El origen de ésta sentencia, lapidaria y humilde a la vez, es una historia que debe contarse. Dr. sipmac se encontró en una de sus idas a Alemania (cortesía de la Corporación Rand) con una tremenda joya: el elepé "Live at the Star Club, Hamburg", una grabación en vivo de Jerry Lee Lewis, uno de los pioneros del Rock'n'Roll, con el respaldo de The Nashville Teenagers, que luego tendrían éxito por sus propios medios. Bueno, respaldo es exagerar, porque The Killer se soltó por completo en aquella actuación de 1964. No podían siquiera llevarle el paso.

The Beatles habían conquistado al Reino Unido y a Estados Unidos, lo que había propiciado lo que se conoció como la "invasión británica", una avalancha de grupos ingleses que habían sabido asimilar el blues y el rock'n'roll, desplazando a sus estrellas originales. En el caso de Jerry Lee Lewis, él mismo había perjudicado seriamente su carrera: "High School Confidential" (un aullido protopunk en piano en el disco), fue su último gran éxito en 1958, ahogado por el escandalazo de marca mayor que fue su matrimonio con su prima Myra el año anterior... y salpicado con un toque de bigamia... por segunda vez también. Una cosa así todavía sería un escándalo gigantesco, ya pueden imaginarse lo sucedido en 1957. La carrera del pianista quedó liquidada por más de una década y no le quedó más remedio que aceptar lo que le dieran en donde fuera.

El Star Club no le era ajeno a The Beatles y otras muchas bandas británicas que se forjaron como profesionales en el ambiente pesado de la Reeperbahn; incluso casi al final de la década, Black Sabbath iría por allí también a hacer lo suyo. Mientras tanto, en 1964, era sólo una escala más para un mequetrefe en la lista negra.

¡Mentiras! Jerry Lee siempre tuvo un ego bastante grande, no muy diferente del de Little Richard, Chuck Berry y el mismísimo Elvis Presley. En su mente, todavía había asuntos pendientes que resolver, y el album de esta reseña da testimonio de la forma en que los encaró. De Allmusic:
"... sonaba como un poseso, golpeando las teclas con tanta fuerza que parecía que iba a romperlas, y rockeando como nadie lo haría antes y después. Comparado con él, el thrash metal suena manso, los Stooges parecen tullidos y limitados, el hardcore punk parece castrado, y los Sex Pistols suenan como pendejos. El rock'n'roll es todo sobre el fuego en el desempeño en vivo, y nada suena tan fiero y ardiente como esto. Nadie suena tan alto y duro como en esto. No es exageración llamar a este el álbum en vivo más grande de la historia, ni tampoco es una exageración llamarlo el más grande álbum de rock & roll jamás grabado. Aun así, las palabras no pueden describir la música aquí - realmente tiene que ser oído para ser creído.
Una noche cualquiera de Abril de 1964, en la que ya nadie daba un centavo por the Killer, (ni tenía por qué hacerlo) éste demostró lo que se podía hacer cuando uno todavía estaba consumido por el fuego de querer superar a todos sus colegas. No era el sueño de ser el más grande (como Elvis), sino el de ser el mejor, y a fé de Dr. sipmac que lo logró.

Bonus track: Ya en los 70's y superados tantos inconvenientes, con una promisoria carrera en la música country, Jerry Lee está tocando en Los Angeles. En una pausa, se pone de pie, y antes de poder hacer algo ve como alguien se inclina para besarle las botas. "Hijo, eso no era necesario", le dijo a John Lennon que estaba en pleno "fin de semana perdido".

Ahora es mucho más fácil conseguir el disco (y comprobarlo todo).
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