Himno Nacional: The Telegraph locuta, causa finita?
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| Se pifió Shakira, no se va a pifiar Núñez... |
Es una cuestión de orgullo posmoderno odiar los símbolos patrios y verlos como algo primitivo y retrógrado, lo que junto al ateísmo agresivo pareciera ser el tiquete de entrada a la intelligentsia malpensante librepensadora. Incluso antes de que The Telegraph se le diera por publicar a propósito de los juegos olímpicos un ranking de los peores himnos nacionales, ya se hacía entonces más fácil encontrar en Internet algún comentario que alabara el tipo de letra Comic Sans MS que a alguien defendiendo el himno de Colombia.
La relación amor/odio de los colombianos con el himno es algo de muy vieja data. “Búscase un nuevo Himno Nacional” es un clásico de Daniel Samper Pizano para la Revista Diners original (no la pretenciosa de ahora), donde con su característico humor, imitó el estilo de diversos poetas colombianos (León De Greiff, Candelario Obeso, Julio Flórez) “buscando” una nueva versión del himno, usando el mismo tema (la independencia) con las misma imágenes (Cristianismo y Grecia Clásica).
Obviamente el concurso quedó desierto. Pero el disgusto persiste, y muchos se sintieron reivindicados cuando The Telegraph sentenció a Colombia al 6º lugar entre los diez peores. Lo dicho, es una obsesión insana, porque la grama del vecino siempre se ve más verde. Y cualquiera que haya visto la inauguración de los juegos olímpicos, comprende que el tropicalismo no conoce fronteras.
Como reflejar valores como la guerra, el Cristianismo y la mitología griega (con o sin buen gusto) producen profundo escozor en las redes sociales, decidí echar a rodar la bola, ayudando con una nueva versión del himno, que refleje la ortodoxia en boga, la corrección política (PC). Eso sí, el primer verso no me lo cambia nadie (Excepto para reflejar el lenguaje incluyente).
¡Oh glori@ inmarcesible, oh júbil@ inmort@l!
En surcos progresistas
¡Incluyentes somos ya!
¡Incluyentes somos ya!
(Repetir)
Tolerancia grita el lumpen anti-yanqui
Se baña en agua potable
Los hijos de Pachamama y con jabón
Pero este gran principio
“El estado debe ser laico”, resuena
Y los que rezan, ¡supersticiosos son!
Educación gratuita
derechos de animales
y en el presupuesto ¡gasto social mayor!
Matrimonio igualitario,
Los que no son veganos, revienten por inhumanos
¡Intolerantes son!
A partir de aquí, las cosas sólo pueden mejorar.
La relación amor/odio de los colombianos con el himno es algo de muy vieja data. “Búscase un nuevo Himno Nacional” es un clásico de Daniel Samper Pizano para la Revista Diners original (no la pretenciosa de ahora), donde con su característico humor, imitó el estilo de diversos poetas colombianos (León De Greiff, Candelario Obeso, Julio Flórez) “buscando” una nueva versión del himno, usando el mismo tema (la independencia) con las misma imágenes (Cristianismo y Grecia Clásica).
Obviamente el concurso quedó desierto. Pero el disgusto persiste, y muchos se sintieron reivindicados cuando The Telegraph sentenció a Colombia al 6º lugar entre los diez peores. Lo dicho, es una obsesión insana, porque la grama del vecino siempre se ve más verde. Y cualquiera que haya visto la inauguración de los juegos olímpicos, comprende que el tropicalismo no conoce fronteras.
Como reflejar valores como la guerra, el Cristianismo y la mitología griega (con o sin buen gusto) producen profundo escozor en las redes sociales, decidí echar a rodar la bola, ayudando con una nueva versión del himno, que refleje la ortodoxia en boga, la corrección política (PC). Eso sí, el primer verso no me lo cambia nadie (Excepto para reflejar el lenguaje incluyente).
¡Oh glori@ inmarcesible, oh júbil@ inmort@l!
En surcos progresistas
¡Incluyentes somos ya!
¡Incluyentes somos ya!
(Repetir)
Tolerancia grita el lumpen anti-yanqui
Se baña en agua potable
Los hijos de Pachamama y con jabón
Pero este gran principio
“El estado debe ser laico”, resuena
Y los que rezan, ¡supersticiosos son!
Educación gratuita
derechos de animales
y en el presupuesto ¡gasto social mayor!
Matrimonio igualitario,
Los que no son veganos, revienten por inhumanos
¡Intolerantes son!
A partir de aquí, las cosas sólo pueden mejorar.
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