Ayudas humanitarias: cuando las buenas intenciones se estrellan contra la ley colombiana

A Gabriel Villa le costó más de un mes de trámites el desaduanar las ayudas humanitarias que le enviaron desde Estados Unidos para los atlanticenses damnificados por el invierno: le tocó "poner la llorona" con la prensa, porque ya los términos ordinarios para el trámite se habían vencido.



Y parece que no es la primera vez que sucede algo así en Barranquilla. Para los que no tienen memoria (yo no la tengo perfecta ya), hace unos diez años quizá mandaron desde Filipinas, nada más y nada menos, unos medicamentos como ayuda para otros atlanticenses necesitados. También tuvo que llevarse el caso a la prensa, para que las autoridades locales (sobre todo ellas) y la DIAN pusieran ese esfuerzo extra para culminar los trámites.

El caso más doloroso del que tengo noticia es el de uno o dos contenedores llenos de Sopa Campbell's que habían sido destinados para los sobrevivientes de la avalancha de Armero en 1985. Esa comida NUNCA llegó a las víctimas y se echó a perder en un almacen de depósito de la ciudad.

Aunque el Capitán de Fragata Jorge Castillo culpe a la agencia de aduanas de haber asesorado mal a Gabriel Villa, yo no lo hago. Las operaciones de comercio exterior en este país no son para aficionados. Cuántas veces yo no he oído la misma historia: el hijo que está triunfando en la "Yunai" quiere mostrarse generoso con la amá que lo parió y le manda dos televisores pa' que vea sus novelas, como quien manda una carta. Luego se estrella con la dura realidad de la normatividad colombiana y comienzan a rogar y a pedir favores para que el gesto de amor no quede abandonado en favor de la nación.

No culpo a la norma colombiana, si expresa a través de la tramitomanía su desconfianza de los usuarios de comercio exterior, ésta no es infundada. Por poner un sólo caso, se dice que las donaciones de ropa terminan vendiéndose en el mercado de Barranquillita. Y por poner otro, a pesar de las facilidades y la comodidad de los centros comerciales, del "el correo de las brujas" ese sistema de contrabando "ventiao" de electrodomésticos, hace un par de años tuve noticias de que todavía existía.

Mis consejos:

1. Antes que donar en especie desde el exterior, mejor es organizar colectas y canalizarlas a través de entidades de entera confianza.
2. Si va a mandar donaciones en especie, asesórese antes de mandar la carga, y asesórese bien. No deje que la sensación de sentirse bueno lo haga olvidarse de que la catástrofe sucedió en Colombia.
3. Trabaje el envío de la carga y su desaduanamiento con empresas reconocidas y de trayectoria. Trabajar con empresas "machuchas" puede salir mucho más caro de lo que pensó ahorrarse al no contratar a la empresa grande.
4. Pre-alerte a la prensa, de ser posible, del envío de la donación. Usar a la prensa como instrumento de presión no es algo de que enorgullecerse, pero hay que asegurarse de que las ayudas lleguen ahasta quienes las necesitan.
5. Coordine. En comercio exterior son muchos los actores que intervienen y encaminarlos a todos en una misma dirección es algo que requiere esfuerzo.


Franz Kafka, autor de "El Proceso" no hubiera tolerado ni un segundo vivir en Colombia.

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