Políticos, Religiosos, Científicos, Laicos y Legos en trance de profetizar
En 1969, Patrick Daniel Moynihan, consejero de asuntos urbanos de Richard Nixon (!), de filiación demócrata (!!!), le predijo a nuestro entrañable Tricky Dicky que en treinta años el nivel de CO2 en la atmósfera subiría hasta un 25%, lo que incidiría en un aumento de unos 13°C en la temperatura promedio global, lo que a su vez aumentaría los niveles del mar en unos tres metros. Es decir, Nueva York y Washington D.C. se convertirían en la nueva Atlantis.El contenido actual de CO2 en la atmósfera es de 0.039%, la temperatura global promedio sería de 14,58°C. En la radio tampoco he escuchado noticias de la desaparición de Nueva York y Washington por inundaciones.
Aquí en este blog se ha hecho hincapié en que se necesita claridad sobre el tema del calentamiento global, antropogénico o de otra especie. Los científicos no son ningunos ángeles y tienen tanto que ganar como los políticos si siguen la corriente actual.
Los científicos creían en plenos años 70 que la Tierra se estaba enfriando.
Harold Camping, mandamás de una cadena de 140 emisoras de radio 
cristianas (Family Stations), no le teme al ridículo. En 1994 predijo que Jesús regresaría a la Tierra, y esta vez nos dice sin empacho que en unas cinco horas en el momento de escribirse estas líneas, el mundo se terminará. Un gran terremoto sería el preludio del escatológico episodio, los justos serán raptados (o arrebatados), mientras que los inicuos (y misceláneos) tendrán que aguantarse un par de meses mientras todo termina de acabarse.Es evidente que Jesús no tuvo su segunda venida en 1994, no hubo ningún juicio ni ningún rapto, por lo que es razonable suponer que Harold Camping, a pesar de la millonada que se gastó en anuncios, tampoco acertará esta vez. En cuanto a un terremoto, con todos los que ha habido últimamente, no sería muy difícil acertar. Los profetas no la pueden tener tan fácil.
Harold Camping ni sus empleados (o feligreses) no son ningunos ángeles tampoco. Innumerables iglesias cristianas (y paganas y de otras denominaciones, sin duda) han errado en predecir el fin del mundo.
Jesús dice en Marcos 13:32: "Pero de aquel día o de aquella hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre."
Igual que en la antigüedad, hoy también tenemos profetas para todos los gustos.
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