La "Terna de Lujo" para Fiscal: Más Intrigocracia a la bogotana (y después se quejan los bogotanos)
"Esta es una terna de lujo", dijo el presidente Juan Manuel Santos al presentar los candidatos a suceder a la renunciada Viviane Morales. Muchos comentaristas en la radio y en las redes sociales estuvieron de plácemes, porque las mujeres aumentaron su cuota así como las Universidades del Rosario y Externado, aunque otros deploraran el que sólo estuviera un penalista, o que Viviane no hubiera sido ternada otra vez. Otros no se quedaron en lo superficial y fueron directo y al grano.
Mónica De Greiff: después de haber ganado un gran goodwill como la valerosa Ministra de Justicia durante la Guerra al Narcotráfico de Virgilio Barco, decidió desperdiciarlo espectacularmente como la tesorera de la campaña que llevó a Ernesto Samper a la presidencia en 1994, y que dejó colar unos 8 milloncitos de dólares en ésta. Durante el escándalo la tesorera pasó bien de agache y milagrosamente el Proceso 8000 no le tocó en lo más mínimo. Hoy, gracias a Samuel Moreno Rojas, ocupa la gerencia de la Empresa de Energía de Bogotá.
María Luisa Mesa: el mundo es un pañuelo, y más cuando se trata de un gobierno de la élite bogotana. Pueden pertenecer a partidos diferentes, pero han ido a los mismos colegios, a las mismas fiestas, a las mismas universidades y a los mismos clubes. María Luisa Mesa podrá ser muy idónea, pero al parecer no había nadie más que tuviera sus mismas cualidades en toda la República de Colombia, así que Juan Manuel Santos no tuvo más remedio que ternar a la hermana de su Alto Consejero para las Comunicaciones, Juan Mesa. ¡Las vueltas que da la vida!
Eduardo Montealegre: por las mismas razones, resulta fácil entender cómo a nuestro presidente no le queda más remedio que ternar a un contratista de Saludcoop EPS muy cercano a Carlos Gustavo Palacino, el muy cuestionado mandamás de la intervenida entidad. Esto, en un país donde andan embolatados 4 billoncitos de pesos de la salud, no tiene ninguna presentación.
Pobre presidente. Es que no hay más abogados en este país.
De paso, para quienes llevan nota de esto, sin duda es repugnante ver como Ernesto Samper y sus copartidarios pelechan del gobierno de aquel que hizo todo lo que estuvo a su mano para tumbarlo del poder. Lo increíble es que cuando pudieron testificar sobre las trapisondas del que negoció con paracos y guerrilleros para refundar una nueva patria postsamperista, prefirieron pasar de agache (como Mónica De Greiff).
En recompensa, les tiraron el hueso de la justicia.
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