¡Lo único que no ha sucedido en ese programa es que se los hayan llevado los extraterrestres!

Dr. sipmac como siempre, fiel a la absurda tradición de referirse a sí mismo en tercera persona, decide abordar otra no menos absurda tradición televisiva: Padres e Hijos. Yo creo que un show así no podía hacer falta en un blog autodenominado mágico-cómico-musical, ¿o sí?

Como dato curioso, en IMDB esta serie mantiene una calificación promedio de 3.3 sobre 10. Eso en realidad no es curioso, es lo esperado. Lo interesante es entre cuales segmentos poblacionales registra mejor dicha serie: menores de 18 varones (5.0), mujeres 18-29 años (4.8), y (¡válgame!) varones mayores de 45 años (¡10.0!). Claro que según la estadística, ese 10 aclamado corresponde a un solo voto (¿sería el de Roberto Reyes o el de Luis Eduardo Motoa?).

Me extiendo en esta parte de la estadística, porque es muy difícil entender cómo un programa así ha logrado mantenerse desde 1999 (a veces parece que fuera mucho más), sobre todo al compararlo con Dejémonos de Vainas, al fin y al cabo la otrora novedosa y luego desgastada criatura de Daniel Samper Pizano y Bernardo Romero Pereiro vivió sus diez años también, pero sobre una base de episodios semanales, no de lunes a viernes, lo que por (aparente) simple y obvia saturación debió haber decretado su muerte hace mucho tiempo.

Antes de intentar dar una explicación, recordemos otros programas de la TV Colombiana injustamente olvidados y (bastante longevos, por cierto), pero de los cuales Dr. sipmac sin duda bajaría un par de capítulos por Ares: Dialogando y Musidramas. Injustamente olvidados, porque de lo malos que eran, algunos capítulos llegaron a ser bastante buenos. ¿Cómo olvidar en Musidramas a Astrid Junguito en “La Criada Descarada”, luciendo sus sexyuniformes? ¿Qué me dicen de “Ritmo de la Noche” (Si hubo un capítulo hecho a las carreras para cumplir con el fin de año, fue ése)? Y el “Baile de los que Sobran”, ¿cómo desperdiciaron semejante tema en un capítulo de media hora? Empezando con que, para que hiciera juego con el verso, los protagonistas salen en la primera escena jugando futbol con una piedra lisa gigante. Si se ponían a jugar futbol con una piedra en vez de una bola e’ trapo, es que no merecían ir a la universidad en primer lugar. Dialogando, por su parte desperdició la mayoría de las veces los temas interesantes que abordaba, debido a la saña y sevicia melodrámatica con la que los atacaba, típica de radionovela de Todelar.

¿Qué tienen en común estos dos programas con Padres e Hijos? A Roberto Reyes T. (¡y a Mariluz también!). Seamos realistas: nadie en su sano juicio va a invertir plata de más en un programa de televisión a menos que sea del horario triple A. Y en el fondo no debería ser deshonorable especializarse en participar en la televisión de bajo presupuesto. El problema es que los mismos actores, libretistas, directores, etc. nos han vendido a nosotros, ingenuos consumidores, la noción de arte, muchas veces en términos ditirámbicos. Y uno puede esperar paparruchadas de un blogger, pero no de un artista, ¿verdad?

En fin, ya conociendo buena parte del ADN (¿O ARN, porque parece que habláramos de un virus?) del cual está compuesto nuestro show de marras, la respuesta a la pregunta sobre el porqué de la duración inverosímil para un programa inverosímil, en que lo único que no le ha pasado a la familia Franco en sus múltiples versiones es que se la haya llevado los extraterrestres, está en el primer párrafo de este rant: tradición televisiva. O en términos newtonianos, inercia. Hablar de Padres e Hijos no es un fenómeno aislado, no hay atipicidad por ningún lado, por eso hablé de un aparente y obvio desgaste en un párrafo anterior. Para estas latitudes Coronation Street sonará a perfume de Yardley, pero empezó en la TV Británica en 1960 y sigue dando palo. Las telenovelas de Estados Unidos jamás se terminan. Versiones de Coronation Street aparecen en muchas partes del mundo (por ejemplo Lindenstraβe en Alemania, desde 1985), con igual, menor o superior calidad a la original. Claro está, que la frecuencia de estas series suele ser semanal.

Alguien allegado a Dr. sipmac, le comentó que siguió la serie hasta el capítulo 200, más o menos, cuando al elenco se le premió justamente con un viaje a la costa (situación que en USA califica para Jump the Shark, o saltar el tiburón). “Dr. sipmac, tiene que saber que dicha serie cuando arrancó era otra cosa, así no lo crea usted. Incluso, parte de la notoriedad inicial fue que el casting fue muy cuidadoso, querían que hubiera un parecido físico entre los miembros de la familia, detalle que suele omitirse normalmente en cualquier producción, hasta en Hollywood (?). El tratamiento de los temas era decente, incluso el personaje de Luz Stella Luengas renunció a la revista en que trabajaba porque le colgaron un artículo sobre el aborto que quería publicar y…”

Ya se imaginan el resto; por un momento Dr. sipmac creyó que le estaban hablando de Lazos Familiares, sin duda una inspiración para el seriado. Ya en otro tono (*si*, claro), ampliando mi teoría sobre el programa, su duración y su papel no declarado en la TV colombiana:

1. Para los actores nuevos, el show es un trampolín [Claro, que lamentablemente el único que supo cómo funcionaba o pudo usarlo fue Manolo Cardona y hasta hubo quien le fue mejor por no haber pasado el casting (!). O si no, que lo diga Catalina Sandino.]

2. Segunda categoría: la de los quedados (incuida Daniela, Julius y el papá). Ya no van pa' ningún Pereira, y no me sorprendería que estén cotizando semanas para la jubilación, tal como teorizaron jocosamente en formoltv.

3. Gente de la primera generación de actores de la televisión colombiana, que tuvo su preponderancia (justa o injusta), pero con nuestra atípica televisión, parecía que se iban a morir de viejos delante de las cámaras, hasta que empezaron a llegar las reinas y los modelos a la TV. Relegados, ahora tienen una "palomita" ocasional gracias a este programa (incluso este tema debería tener su post aparte).

Afrontémoslo, compañeros blogueros, visitantes del blog y malquerientes: por insoportable que nos parezca la serie, por risibles que aparezcan ciertas situaciones (recuerdo a Daniela en alguna ocasión rompiendo cosas en su casa por una plantada o una infidelidad, da igual), por ígnara que parezca la audiencia, los Franco son para muchos como unos vecinos más, con quienes están dispuestos a envejecer. A menos que se los lleven los extraterrestres.

© 2009 dr. sipmac
Fuentes: IMDB, Colarte, formoltv, wikipedia
Enhanced by Zemanta

Comentarios

Entradas populares de este blog

Real Madrid 8, Millonarios 0: los memes

Honestidad Brutal en Publicidad