Chucu Chucu Tecnofloclórico y Nueva Ola

En el ámbito musical anglosajón existe un término “rockism”, que aquí Dr. sipmac llamará rockismo. Es un término despectivo que se usa con el fin de denunciar la concepción errónea de que el rock, especialmente el de los sesentas, es la única música auténtica e íntegra, y que el pop, el disco, etc., son básicamente artículos prefabricados en serie, como salchichas o jabón, quedando totalmente invalidados de una vez y para siempre. Los que usan el término aluden también a cierta concepción machista o sexista de quienes ven a la música en términos rockistas.

Dr. sipmac añadiría un elemento más para concretar: el rockismo es la ambición de ver el rock como medida de toda la música. Teniendo en cuenta esto, desde hace tiempo en Colombia, el ámbito musical está impregnado de rockismo y “popismo”. Sin duda, la música evoluciona, pero a veces no en la mejor dirección. A mediados de los noventa empezó aquí la onda del “tropical pop” y del reencauche de nuestros clásicos. Dr. sipmac confiesa que le gustó mucho al principio, pero escuchando las versiones originales me di cuenta que por ejemplo, para volver a grabar “Momposina” no es necesario ni obligatorio un solo de guitarra eléctrica (o lo que fuera), tal como lo hicieron los arreglistas de Café Moreno.

Hay tres formas de hacer un cover de una canción: añadiéndole elementos nuevos, quitándoselos, o reinventando la canción con una nueva melodía. La era que fue bautizada por algún periodista bogotano como "Chucu Chucu Tecnofolclórico" se caracterizó por añadir casi en exclusiva elementos del rock, reggae y disco al folclor colombiano.

De toda esa nueva ola, sin duda, quien lo hizo mejor fue Carlos Vives y quizá Moisés Angulo. En el caso de Vives, los arreglos de sus temas fueron de lo mejor, y lástima que su último disco “El Rock de Mi Pueblo” no fuera mejor apreciado, porque la mezcla de rock, cumbia y vallenato fue genial. Inclusive, Vives fue precursor en Colombia del dembow, el beat del reguetón en temas como “Carito”.

Ahora vivimos una segunda ola de “tropipop” o "Chucu Chucu Tecnofolclórico" en la que todo suena igual. Al convertir al rock y al pop en medida para los demás géneros, no se deja muchas veces al vallenato ser vallenato, a la cumbia ser cumbia y al porro ser porro. Y todo porque de alguna forma, vende. Ojalá esto cambie para mejorar.

Una pequeña disgresión:

Los artistas colombianos han tenido buena acogida en México desde hace décadas. Hay chicanos en San Diego que piensan que “Los Caminos de la Vida” es música mexicana. Hay y hubo conjuntos musicales compuestos exclusivamente por colombianos con mucho éxito en México y de los que nunca tuvimos noticia como “Perla Colombiana”, de Jaime “Pico Pico” Villanueva (QEPD). De los que conocemos todos, “Los Corraleros” y la “Sonora Dinamita". Sin duda los integrantes de los “Corraleros”, como Lisandro Mesa, el también difunto Lucho Argaín y Alfredo Gutiérrez grabaron y graban adaptando su estilo musical al gusto de los mexicanos. En México se graban más cumbias en un año que lo que se grabó y sonó aquí en los últimos veinte. Y de eso no sabemos nada.

¿Es la nueva ola del vallenato folclor? Poncho Zuleta dijo que era una porquería. Para Silvestre Dangond es la revolución.

Curiosamente, la nueva ola del vallenato tiene un dejo inconfundible de merengue dominicano así como el “tropipop” destila rockismo por todos lados. Curiosamente.

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