Turismo en la Sierra Nevada: Todos son cagaplayas
¡Huy zona, que viva la naturalia! En una novela que leí una vez el autor decía que no había diferencia entre el crimen organizado y los negociantes legítimos a la hora de acometer un proyecto. Si alguien o algo se los truncaba, regresaban al mismo negocio después de tiempo, con otra fachada y otra historia. Sin duda este es el caso de la Sierra Nevada de Santa Marta y su explotación turística, al que numerosos y opacos inversionistas (no suelen dar la cara) quieren hincarle el diente. El año pasado fue un hotel de siete estrellas, ahora son unas cabañas ecológicas. El resultado es el mismo: ir metiéndose en la Sierra de poquitos. Y los ecologistas (sobre todo los radicales) ya ganaron esta batalla: para la opinión pública, construir cualquier proyecto de explotación turística en la Sierra Nevada de Santa Marta equivaldría a un daño irreversible de ésta; por no mencionar el pecado imperdonable de pasar por encima de los derechos ancestrales de los nativos arhuacos. Hoy en Altántico en N...