Jorge Luis Borges, Santo Patrono de Internet? Bueno, Si y No.


Si hay alguien de quien Dr. sipmac se identifique como admirador, sin que le moleste reconocerlo abiertamente, sin que le avergüence ruborizarse, ése es Jorge Luis Borges. Literato argentino, poeta, escritor de cuentos, ensayos, reseñas y críticas literarias. Nacido en 1899, falleció en 1986. Dos veces casado. Estos son los detalles muy esquemáticos de su vida. De lo que pasó durante ella, Dr. sipmac se ocupará en estas líneas de algunos de sus detalles en su acostumbrada forma eléctica, desordenada (e incoherente).

Cada escritor/creador que es considerado de las grandes ligas (inmortal, clásico de la literatura universal- ustedes saben-), normalmente tiene una poderosa imagen que deja a la posteridad, para que ésta lo recuerde siempre: Cervantes tuvo al Quijote y a Sancho, Shakespeare a Romeo, Julieta y Hamlet, García Márquez al Coronel Aureliano Buendía. Otros dejan como imagen poderosa, no a un personaje sino a un lugar: Tomás Moro dejó su Utopía y el mismo García Márquez a Macondo; Borges pertenece en la liga de grandes creadores, al segundo grupo. Vagamente recordaremos la afrenta sufrida por Emma Zunz, o la afrenta causada por Kilpatrick, pero siempre nos parecerán "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" y la "Biblioteca de Babel" como dos de los lugares más maravillosos y a la vez más monstruosos de la literatura universal.

Extenderse sobre la extraordinaria capacidad que tenía Borges para jugar con las ideas es llover sobre mojado, pero hay que hacerlo. Describir un mundo en que el idealismo Berkeliano moldea todo el saber, la civilización y el lenguaje (¡Qué te parece eso Chomsky!), mientras que el materialismo no es una herejía, sino la madre de todas las herejías, es más que un divertimento de erudito: se necesitan años para metabolizar lo leído y captar las ramificaciones que surgen en cada aparte del relato. Dr. sipmac todavía sigue pensando en Tlön (y en Uqbar, y en Orbis Tertius), y sabe que nunca llegará muy lejos.
¿Por qué? Porque no somos Jorge Luis Borges. No nacimos en una familia bilingüe faltando muy poco para acabar el siglo XIX, ni nos la pasamos durante nuestra niñez ni juventud en una gran biblioteca familiar, ni nos llevaron de Buenos Aires a Suiza y luego a España. Es decir, no tuvimos una vida entera para preparar una erudición similar a la del Argentino Universal. Unos darán vueltas y revueltas al teroema de los monos infinitos, pero es increíble que tuvieran que pasar unos 1950 o 1400 años después (depende de la fuente) de la destrucción de la Biblioteca de Alejandría para que surgiera alguien tan ambicioso como Borges para concebir por fin la biblioteca total: La Biblioteca de Babel, donde reposa el conocimiento que fue, es, habrá de ser y el que no es.

Por cierto, ¿se imaginan el poder que tendría un bibliotecario que conociera el orden de esa biblioteca? Seguro que mayor el de un 'Inspector de mercados de aves de corral', indignidad al que fue sometido nuestro Borges por el peronismo recién llegado al poder, lo que le obligó a renunciar de su cargo de bibliotecario. Si de Dr. sipmac dependiera, el más alto galardón literario (mayor que el Nobel), debería llamarse así: 'Inspector de mercados de aves de corral', como recordación de lo que son los gobiernos totalitarios, las dictaduras o los personalismos a la literatura. Pero para qué molestarse, Borges ya dijo:

Las dictaduras fomentan la opresión, las dictaduras fomentan el servilismo, las dictaduras fomentan la crueldad; más abominable es el hecho de que fomenten la idiotez. Botones que balbucean imperativos, efigies de caudillos, vivas y mueras prefijados, ceremonias unánimes, la mera disciplina usurpando el lugar de la lucidez... Combatir estas tristes monotonías es uno de los muchos deberes del escritor ¿Habré de recordar a los lectores del Martín Fierro y de Don Segundo Sombra que el individualismo es una vieja virtud argentina?
Las cosas no cambian en Latinoamérica...

Insisto en ello porque el Premio Nobel de Literatura, más que premiar el talento, se dedicó a premiar la afinidad ideológica. Borges, siendo básicamente de derecha, se dice que perdió cualquier oportunidad de ganar el Nobel al cometer el pecado mortal de aceptar un premio en Chile durante la dictadura de Pinochet (lo que luego deploraría). Hum, ¿y Kafka? ¿Demasiado offbeat o porque la mayor parte de su obra fue póstuma? ¿Y Joyce? ¿Y Proust? Así como se dice que el mejor canal de cable que jamás ha existido es el que se conformaría con toda la programación prematuramente cancelada por Fox, hay un verdadero banquete literario en ciernes, para el que se atreva a ignorar las recomendaciones del comité Nobel.

Pero no todo es amargura: Borges, si alguna vez le cubrió alguna sombra de duda, ésta se ha ido disipando. Por ejemplo, ha sido vindicado por Wikipedia como su precursor; al describir en "Tlön" el sistema sobre el cual se publicaban obras literarias y científicas, sistema al parecer reflejado en la forma en que funciona Wikipedia (con la misma línea ideológica uniforme, añadiría Dr. sipmac).

Dr. sipmac, sin modestia alguna, se puso a pensar hace algunos años sobre esto. Al encontrarse con la pregunta de si Borges preconfiguró o preconcibió la Internet, la respuesta debería ser un entusiasta sí. Internet sería una combinación del proyecto enciclopédico Orbis Tertius, inserta en una Biblioteca de Babel. Lo que enfría el entusiasmo de Dr. sipmac es pensar que la Internet no hubiera podido generar a Jorge Luis Borges. De haber nacido ahora, sus impulsos muy probablemente hubieran sido encausados a la programación de computadores, la creación de software y videojuegos. Nuestro Borges real e histrórico funge mejor como patrono de la cultura de la era pre-Internet. Fue la cultura universal tradicional, con sus limitaciones en la distribución, y la barrera de los idiomas parcialmente franqueada por alguien que demoró años en darse cuenta que el idioma que se hablaba en una de las casas que frecuentaba era el inglés y en la otra era el español, la que produjeron a alguien capaz de visualizar en la realidad virtual de la imaginación humana, la realidad virtual de los computadores.

No está de más recomendar la lectura del gran Jorge Luis Borges. FULL DISCLOSURE: Dr. sipmac no está ni medio cerca de terminar de leer sus obras completas.
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