¿Quo Vadis Alexámeno?

Alexámeno adora a su Dios

Hay un tema muy interesante, al gusto de sipmacrants. Aquí va.

¿Quo Vadis Alexámeno?

Vaya que la naturaleza humana no cambia. En pleno siglo II de la era cristiana, cuando la historia de Dios crucificado era una “locura” y una “necedad” en la capital del imperio, alguien escribió un grafito zahiriendo a un creyente llamado Alexámeno. Debajo de una imagen de un hombre adorando a un crucificado con cabeza de burro, escribieron lapidaria y satíricamente "Alexámeno adora a su Dios" y cerca alguien escribió -quizá el mismo Alexámeno del que se querían burlar- "Alexámeno fiel".

Una revista colombiana de “entretenimiento para hombres”, decidió, como moderno émulo de los burladores de Alexámeno, emplear una vez más el viejo truco: esta vez no fue la cruz, sino la última cena y para atender ese respetable ideal y digno de mejor presentación - la igualdad de sexos, utilizaron para su particular montaje a una mujer en el papel de Jesús. Las páginas centrales son por supuesto, mucho más jugosas, como cabe esperar de una revista con “entretenimiento para hombres”.

No pasó mucho tiempo sin que algunos de los ofendidos decidieran tratar de exigir reparación por la afrenta. El asunto está ahora en las instancias judiciales, lo cual dará un resultado muy previsible: ganará la libertad de prensa (y de expresión), como debe ser.

Now, sipmacrants!

No puedo creer que la gente actúe así de mala fe por principio; ¿pero que esperaban los señores editores y dueños de la revista con semejante publicación? ¿Demostrar lo retrógrados que pueden ser los devotos? ¿El peligro que representa para la sociedad el profesar una fe en público? ¿Lo chistoso que es un crossover de la última cena?

Oh, la tolerancia. Tolerancia, concepto secuestrado por unos con el fin de descalificar a quien todavía se atreve a señalar la existencia objetiva del bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, para dejarlo reducido todo a la dicotomía legal/ilegal (próximamente me da la gana/no me da la gana).

Es difícil ser objetivo en un tema así, porque a los ojos de la ley, incluso la libertad de expresión no es absoluta. En términos cínicamente prácticos, es más fácil ejercer la libertad de expresión para meterse con la fe de unos cuantos loquitos intolerantes que para denunciar a un capo del narcotráfico (aunque le cueste la vida al denunciante). ¡Claro que fue una pelea bien casada y fríamente calculada! Para cualquiera que pueda notarlo, sólo en el segundo caso la libertad de prensa y de expresión es una heroína, porque busca el bien de una sociedad, en el primero es simplemente una villana, porque abusa sin atenuantes de algo muy caro (pero sin forma de expresar en valor monetario) al género humano: su fe.

Eso sin contar todo lo que ya han ganado: muchísimo dinero por la venta de las revistas (¿sabían que no las regalan?) y muchísima publicidad; es más, los demandados podrían pasar a ser mártires de la libertad de prensa. Negocio redondo, moñona. Y de verdad, que no importa el martirio que representa para un creyente un ultraje así.

Como ideas finales quisiera expresar que es un juego tan cargado el de buscar justicia en un tribunal por esto, que de tan evidente no se han dado cuenta: si este no era el caso de poner la otra mejilla, no sé cual será. Alexámeno fiel. Y está escrito: no den las perlas a los puercos…

Epílogo larguísimo

Tenía ya tanto tiempo de no escribir que si no intentaba algo ya mismo, este blog podría convertirse en el primero que en toda la historia de internet acumule polvo…

A ver como enfoco esto: como siempre, he estado leyendo mucha prensa, ya sea en la web o en la forma tradicional. Normalmente me voy a la página editorial. Normalmente se sabe más de lo que está pasando leyendo a los columnistas que a la “noticia” misma. Y también no es tanto lo que se dice sino lo que se deja de decir. Lo que llaman “autocensura”, entendible porque todo el mundo quiere salvar su pellejo; pero en otros casos simplemente están tratando de tapar algo que no conviene que se sepa.

Aquí entran los bloggers. Si en el s. XIX cualquiera que aspiraba a tener influencia política fundaba un periódico, con la aspiración de llegar a miles o a millones, la maduración del mercado informativo a lo largo del s. XX llevó a la contracción de medios. El caucho se estira una vez más y cada quisque puede abrir su blog y decir lo que le parezca y esperar si alguien le echa un vistazo y hace algún comentario (aprobatorio o desaprobatorio, pero bien intencionado). Se parece un poco a sentarse en la puerta de su casa a vender comida sin hacer ningún tipo de publicidad. Quizá un blog es una versión muy sofisticada de una pared de sanitario, por lo soez y delirante que puede ser, escrito por alguien cuyo solo objetivo sea escandalizar, pero eso no desdice nada de la actitud de un medio establecido que publica algo deliberadamente ofensivo. Que conste, no me refiero a la gente que abre su blog para desahogarse diciendo lo que no puede decir en voz alta de su vida personal. Hay blogs informativos, con agendas políticas bien definidas, algunos delirantes, otros serios.

Dr. sipmac has ranted.